Estudiamos el aprendizaje,para
conocer el comportamiento del consumidor y poder predecir conductas ya que los
procesos de compra son aprendidos.
El aprendizaje consiste en
formar relaciones entre estímulos y respuestas de forma gradual dependiendo del
refuerzo “recompensa o sanción”. Siempre hay que partir de la base que el
consumidor puedo olvidar lo aprendido ya sea el conocimiento básico, cognitivo,
de actitudes o comportamientos.
Aunque hay
diversos métodos de aprendizaje como el de recompensa o cognitivo, la
publicidad es necesaria para reforzar ese recuerdo olvidado. A través de
repeticiones, la publicidad actúa sobre la memoria almacenada para solucionar
problemas de recuerdo. Por ejemplo, me duele la cabeza y me acuerdo de la
existencia de la aspirina; utilizada por los publicistas en la teoría
condutista, acompañada de mensajes masivos para el recuerdo.
O el aprendizaje
más simple de la relación estimulo-respuesta, por ejemplo, relacionar dentista
con dolor al que relacionamos con miedo .
El aprendizaje conseguido a través de prueba y error, donde la
recompensa es más importante. Esto ocurre en las promociones, o también el
aprendizaje por imitación, actuar como líderes de opinión; por ejemplo, usando
a Claudia schiffer en un anuncio para darle notoriedad a la marca.
Y es que
esa idea de que el cerebro no tiene límites es un mito. Para aprender hay que
olvidar, porque nuestro cerebro tiene una capacidad limitada, dándole prioridad
a algo que nos resulta desagradable. Es por ello que la publicidad debe ser con
mensajes originales, capaces de estimular el repaso, estructuras auto guiadas
que favorezcan la memorización, y hemos de contar que la parte intermedia del
mensaje es la que más se olvida. Como hace cocacola en este spot:
Los consumidores aprendemos atributos
determinantes para categorías de bienes que hacen que se compren o no, son
características asociadas a beneficios esperados que se aprenden por categorías
y que se recuerdan para evaluar alternativas. Estos pueden ser propios de los
productos o percibidos por el consumidor, que dependen de la experiencia e
información acumulada como son precio, marca, etc.; Aumentan en situación de
alta implicación, sino disminuyen, al igual que varían según las
características de los consumidores. Pudiendo medirse preguntándoles, o con
técnicas proyectivas, dinámicas de grupo, auto informes, entre otros. La
empresa debe identificar los atributos elegidos y posicionarse distinguiéndose
para colocarse en la mente de los consumidores.
Como hace el corte inglés posicionándose en la mente de los consumidores,como elegancia,y prestigio.
La actitud
del consumidor es importante, pues puede ser determinante en el proceso de
compra. Favorecen las que proporcionan confianza y seguridad, por ejemplo: “me
preocupa mi salud” implicará actitud favorable hacia deporte y dieta, lo que le
llevará a consumir esos productos para su fin. Las que se producen por valores
personales, por ejemplo “creo en la juventud por eso no me visto con ropa de
mayor”. Las que tienen una actitud positiva o negativa por su experiencia que
le hará volver a comprar o no.
La
disonancia produce incongruencia entre lo esperado y lo observado, generando
actitudes negativas hacia productos y marcas con las que las empresas tienen
que luchar, dando información suficiente para no verse afectados perdiendo
clientes.
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